Blogia
ESPAÑOLES QUEMADOS

CARGUEN, APUNTEN... ¡FUEGO!

Prensa:

INDEPENDENTISMO EN CATALUÑA

Torrent desobedecerá al Constitucional para que el Parlament vote de nuevo la autodeterminación.

Roger Torrent, presidente del Parlament de Cataluña. (EP)

  • JOAN GUIRADO | BARCELONA
  • 22/10/2019 11:50

*****************************************

Al igual que quien esto escribe está sentenciado, por la edad y los achaques, así me temo que está nuestra España. No voté a favor de esta Constitución a cuenta de su Título VIII. Dado el marcado carácter individualista del pueblo español y su propia Historia, no era difícil adivinar lo que traería el modelo autonómico. Y no soy profeta. Los responsables de dejar Educación (sobre todo), Sanidad y Justicia en manos de políticos desleales, han ido cargando el arma separatista. Lo peor es que las balas no llevan dinamita, sino odio concentrado.

¿A quién apunta el pelotón de ejecución? Parece claro que a tres objetivos:

Al endeble, y en funciones, Gobierno actual.

A la Constitución, a la que se conforma herir de gravedad para que no reaccione ante más intentos de autodeterminación e independencia.

A la Monarquía Parlamentaria, que choca con su fanatismo republicano.

¿Quién y cuándo se dará la orden de hacer fuego? Por lo visto esta semana pasada en Cataluña, con sus guerrillas y hogueras nocturnas callejeras, y por las declaraciones de los políticos catalanes, la orden de ¡fuego! se dará en el Parlamento de Cataluña en el momento que, sin complejos, se declare la independencia de esa parte del territorio español.

El Diario de Sesiones del Congreso de los Diputados es una fuente de la que debieran beber quienes se dedican a la política. Aquí van unas frases pertinentes, pronunciadas en los años treinta:

“Si damos las autonomías como premio a una diferenciación, corremos el riesgo gravísimo de que esa misma autonomía sea estímulo para ahondar la diferenciación”.

“¿Y el Gobierno, entretanto? Pero,¿hay Gobierno?Véase,  por ejemplo, el caso de la Generalidad de Cataluña. El Gobierno, con dudosa prudencia, impugnó ante el Tribunal de Garantías una Ley de Cultivos votada por el Parlamento catalán. El Tribunal la anuló. Pero la Generalidad declaró abiertamente que menospreciaba la sentencia del Tribunal. ¿Qué hizo entonces el Gobierno? Por extraño que parezca, el Gobierno no hizo nada; dio a entender, sibilinamente, que tenía una fórmula: primero, la fórmula era jurídica; luego, al parecer, se transformó en fórmula gubernamental. Lo cierto, con todo, es que la fórmula no existía”.

“En Cataluña hay planteado otro estado revolucionario, de una gravedad como no se ha planteado probablemente otro en España desde hace más de un siglo: hay un Poder del Estado que no sólo ha desacatado abiertamente a otro Poder constitucional, en este aspecto superior, sino que, por boca de quien lo encarna, ha dicho que está dispuesto a hacer frente al Estado español incluso en un trance de guerra civil. A esos gobernantes así no sólo les ha entregado España gran parte de su hacienda y el orden público, sino que les ha entregado lo que importa más: la formación de las generaciones nuevas. El mismo señor presidente del Consejo de Ministros nos ha dicho que se ha sentido forastero muchas veces en Cataluña. Pues si ahora tuviera tiempo el señor presidente del Consejo de Ministros de ir a Cataluña, se sentiría más forastero aún”.

Quienes saben, por sus ascendientes o porque lo han leído, lo ocurrido en Cataluña el 6 de octubre de 1934, dudo que les apetezca que se repita. Quienes lo ignoran, porque están peces en Historia de España, serán lo que formen el pelotón de ejecución de su propia tierra.

Que Dios, o los dioses, nos amparen.

Hasta otro día.

0 comentarios