¡LOS INTOCABLES, LOS CONSEGUIDORES...!

Acabo de escuchar la noticia de que nuestro prestigioso, insigne y preclaro fiscal general del Estado ha recibido con toda urgencia (siempre hay un hueco para ellos en la agenda de los altos cargos) a unos representantes de homosexuales, que le han dicho al fiscal que se van a cabrear mucho si en la manifestación de mañana, a favor de la familia, aparece alguna pancarta insultándoles o faltándoles al respeto. El fiscal general les ha pedido, al parecer, que se lo chiven inmediatamente si vieran pancarta ofensiva, que se van a enterar los de la "manifa". De verdad, de verdad que este país se está convirtiendo en un cachondeo generalizado. A mí, que convivan dos o diez personas, que vivan en comuna, y mediante contrato (mientras lo consideren vigente) se comprometan a dejarse pensiones o lo que sea,no me parece ni bien ni mal, constato que no me afecta, pues tengo otros problemas personales y sociales que atender. Pero el trato tan exquisito y esa disposición a conceder lo que pidan que este gobierno otorga a unas minorías, mientras otras mayorías claman por un puesto de trabajo, un techo digno y asequible y unos servicios mejores, eso, eso me altera los jugos gástricos. Yo pido a gays y lesbianas, por favor, que ya que han conseguido regular su situación, de lo cual me alegro, que pidan también a sus protectores políticos, en nombre de las mayorías, que regulen, por ejemplo, el precio de la vivienda. Les estaríamos muy agradecidos.
Pero también he leído en un foro unos renglones de alguien que se declara homosexual y que va a ir a la manifestación de mañana en Madrid. Viene a justificarlo, diciendo: "¡Leche, que si el matrimonio clásico entre hombre y mujer se viene abajo, se acaba con el mecanismo de reproducción, incluida la nuestra!" Persona sabia y al día en demografía.
Pienso que hay que ser un débil mental o un malaleche para armar este lío: regulen la unión entre las personas que quieran vivir juntas por amor, asígnenle un vocablo nuevo y se acabó el problema. Pero dejen en paz la palabra matrimonio, que estaba muy tranquila en todos los diccionarios del mundo. Ejemplo: ¿A todo deporte donde intervienen personas y se utiliza un balón le llamamos fútbol? Unos políticos que gastan sus energías en estas estupideces no pueden conducir a buen puerto a un pueblo. ¿Que el pueblo lo consiente?, allá él.
La pena es que la situación política tan esperpéntica que vivimos tiene serias repercusiones, sobre todo en los más jóvenes, que están ayunos de la historia de su país y se les está alimentando de grandes mentiras. De esto hablaré en otra ocasión.

Hasta otro día.