PSOE, MÁS DE 100 AÑOS DE HONRADEZ
He visto parte del reportaje televisivo sobre la historia del Partido Socialista en España. Excelente mensaje propogandístico. ¡Cómo le gusta a algunos socialistas jugar a buenos y malos! En la ciencia, generalizar suele ser la consecuencia del descubrimiento de una ley física o química; en política es una insensatez mental. Buenos y malos los hay y habrá en todos los partidos. En todo caso, y a nivel práctico, sería más interesante conocer la estadística de bondad o malicia dentro de los afiliados a un partido, cosa que no puede discriminar ni el CIS.
Atribuyen a un escritor alemán cuyo nombre no recuerdo ahora, esta sentencia: "Dios me libre de decir que todos los comunistas son invertidos. Lo que sí puedo asegurar es que los dos invertidos que conozco son comunistas". Y a ver quién es el guapo que le rebate su propia experiencia personal.
Mi progenitor, que asistió a más de una charla de Pablo Iglesias, cuenta en sus memorias, y a mí me lo amplió, que al inicio de la guerra civil el alcalde de su pueblo, socialista él, le invitó por ser mi padre el cartero, a un festín. Los jamones y chorizos que había "requisado" el alcalde provenían tanto de los caciques como de los pobres del pueblo, que en aquellos tiempos los cerdos eran inversión gastronómica imprescindible en todas las casas. Mi padre, como miembro de la UGT (aún guardo su carné) les reprochó su acción y se fue a su casa a comerse unas lentejas.
Remedando lo afirmado por el no recordado escritor alemán, mi experiencia me dicta lo siguiente: Dios me libre de decir que ningún socialista es íntegro y honrado; lo que sí puedo afirmar con rotundidad es que el único socialista del que me constan su honradez e integridad es mi padre.
Hasta otro día.
Atribuyen a un escritor alemán cuyo nombre no recuerdo ahora, esta sentencia: "Dios me libre de decir que todos los comunistas son invertidos. Lo que sí puedo asegurar es que los dos invertidos que conozco son comunistas". Y a ver quién es el guapo que le rebate su propia experiencia personal.
Mi progenitor, que asistió a más de una charla de Pablo Iglesias, cuenta en sus memorias, y a mí me lo amplió, que al inicio de la guerra civil el alcalde de su pueblo, socialista él, le invitó por ser mi padre el cartero, a un festín. Los jamones y chorizos que había "requisado" el alcalde provenían tanto de los caciques como de los pobres del pueblo, que en aquellos tiempos los cerdos eran inversión gastronómica imprescindible en todas las casas. Mi padre, como miembro de la UGT (aún guardo su carné) les reprochó su acción y se fue a su casa a comerse unas lentejas.
Remedando lo afirmado por el no recordado escritor alemán, mi experiencia me dicta lo siguiente: Dios me libre de decir que ningún socialista es íntegro y honrado; lo que sí puedo afirmar con rotundidad es que el único socialista del que me constan su honradez e integridad es mi padre.
Hasta otro día.
0 comentarios